Sabía que cambiaria mi forma de vida, esperaba que a mejor y de momento así es, pero no hay que cantar victoria, siempre debes de saber de donde vienes y que es lo que fuístes.
Siempre he sido una loca de la velocidad, desde muy joven me encantaban las motos y los coches, algunos los puse a prueba, al igual que a mi misma, aunque he de decir que siempre con cabeza fría y manteniendo la seguridad de los demás como la mia propia.
Cuando pasan los años, esa fiebre de juventud se vuelve una temperatura mas agradable, así que en cuando esa temperatura se anidó en mi cuerpo supe que había que parar.
Aún así, para mi los vehiculos con motor siempre estuvieron muy presente en mi antigua vida, si, antigua vida, ya que desde que vivo en el mediterraneo vikíngo no he conducido ni coche ni moto.
Siempre pensé que tener coche era signo de persona independiente, pero mira por donde he descubierto que hay otras formas de moverse a diario...
Y es la "bicicleta", un amasijo de hierros con dos ruedas y manillar con el que ahora me muevo por todos los sitios que quiero ir... Cuando voy a clase, al llevar a mi hijo al colegio, para hacer la compra, absolutamente para todo, "mi bici verde", en muy poco tiempo se convirtió en una buena amiga.
En España hay un dicho que es: "Cuando nace un niño viene con el pan bajo el brazo", que quiere decir que te vayas preparando pues ya de pequeños por lo menos pan seguro que necesitan.
Pues en este pais vikingo, el dicho seria otro muy distinto: "Cada niño viene con una bici bajo el brazo", ya que sin bici no son daneses y parece que nazcan con ellas puestas.
He llegado a ver niños que apenas andan, con bicicletas sin pedales, si, señoras y señores, sin pedales para que empiecen a mantener el equilibrio, por eso cuando tienen tres o cuatro años van que vuelan en ellas y eso es muy bueno y ademas sano.
Asi que lo que escribo hoy es para mi "bici verde", la que me lleva a todos los sitios que quiero ir, sin ella seguro que mi vida diaria seria mas dificil en este pequeño y frio pais.
Maria Jose.
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